jueves, 13 de junio de 2013

Tanto

Como he terminado haciendo daño a todo el mundo, si yo solo quería quererte y comerte a besos cuando llegaras a casa, y verte ahí al lado cuando suene el despertador, y mirarte cuando desayunamos con olor a pan tostado, y no dejar de mirarte en todo el día. Pero lo único que he conseguido es caer enferma de tristeza, lo siento tanto y te he querido tanto…

viernes, 26 de marzo de 2010

Porque hoy sé, que todo va a ir bien

Porque esta vez estoy segura de que todo va a salir como nos merecemos, porque voy a confiar en ti y aprender a tomarmelo todo con más calma y porque sé que con el tiempo...vamos a recuperar aquella amistad que me daba ganas de vivir. Porque esta vez tengo un presentimiento, una sensación que me asegura que por fin lo estamos haciendo bien... porque necesitaba este cambio y porque por fin estoy volviendo a sonreir después de mucho tiempo...

viernes, 30 de octubre de 2009

Viernes

Sí, es viernes, despierto como cualquier otro día sin tener en cuenta que nada más entrar en la ducha recordaré aquel Enero. Camino por mi casa descalza, notando el frío suelo que me haga sentir que dentro de poco estaremos en uno de esos inviernos, esos en los que te cuesta tanto despertar y salir de la cama, esa en la que descansabas tan feliz tapada de pies a cabeza. Abro la puerta y recuerdo aquel frío viernes, miro la pantalla del móvil esperando que suene como aquella mañana y volver a escuchar esos buenos días, esa frase, dentro de unas horas nos veremos por fin… Lágrimas, palabras resonando en mi cabeza, gotas de agua cayendo sobre mí, que acompañan las lágrimas derramadas, me miro en el espejo y tan solo veo una mirada que ya no brilla, la misma rutina, salir dirección a clase, para sentarme en una silla durante siete horas sin descanso alguno mientras mi mente está en otro lugar… Me asomo a la ventana callada reviviendo, sintiendo, la velocidad con la que recorrí los pasillos agarrada de la mano de mis amigas, que después de tanto tiempo habían logrado verme la niña más feliz del mundo. Andar sobre los pasos ya marcados y descubrir que hoy no es aquel viernes, que nunca volverá a existir un día como aquel… y que lo único que me queda es aceptarlo y asimilar que mi pasado se fue. El tiempo, aquel que creí tener a mi favor, que pensé que de lo único que me serviría sería para entender el por qué de los sentimientos, ese tiempo, sólo me ha servido para entender que aquello que sentí y que siento, es lo más sincero que he tenido en mi vida, de lo único por lo que estoy segura habría luchado y por lo que lo habría dejado todo… pero de la misma forma que pasan los días y los viernes se convierten en sábados, la espera se convierte en cansancio mientras que el amor se convierte en dolor… y termina desvaneciendose

martes, 6 de octubre de 2009

Un plazo, unos días...

Lágrimas que me impiden ver la pantalla del ordenador con total nitidez, minutos que se hacen eternos observando el reloj mientras espero tener noticias tuyas, promesas que me haces y que nunca cumples, pides perdón creyendo que siempre voy a aceptar tus disculpas, que me voy a quedar con cualquiera de las excusas dichas, pero no todo acaba aquí lo siento... Quizás la que se haya hartado de tantas lágrimas sea yo, quizás la que decida no volver a mirar el reloj esperándote sea yo, ni creerme todas esas palabras bonitas que dices después de haber cometido un error o de haber vuelto a fallarme, quizás decida seguir mi vida aquí, sin ti... Despertar un día con la sensación de tener todo el mundo a tu alrededor, de ser la persona más feliz, con tus mas y tus menos, pero feliz... sintiendo que lo que se te ofrece en esos momentos está asegurado y que nunca te abandonará... Pero el día de mañana, cuando abras los ojos, y sientas que lo que pensabas que permanecería siempre a tu lado, se ha ido... recurrirás a aquello que tantas veces se te ha ofrecido y te darás cuenta de que ya no está, que ha permanecido allí mientras tú solo hacías que darle de lado, había dado todo por ti, defendiendote infinitas veces a cambio de ignorancia, de mentiras, de tan solo tu egoísmo... Pero ya no sirven las excusas, un plazo, unos días, es lo ofrecido para demostrar definitivamente, para darle el final a toda esta mentira que se va alargando con el tiempo y que me hará llegar a la decisión definitiva

jueves, 17 de septiembre de 2009

La triste mirada de una chica joven...

Quiero llegar definitivamente al lugar y el momento idóneo, ese en el que, si derramas una lágrima solamente sea de alegría, en el que te olvides de todo aquello que pasó en su día, que te arrebató las ganas de seguir adelante, queriendo dejar atrás tu pasado y que solo exista el futuro… tu futuro. Cansada ya de dar tantas vueltas sin sentido en esta vida, que te hacen estar un día en lo que tú piensas que es lo más alto de tu felicidad y que sin embargo tan solo un día más tarde… te ha hundido. Palabras, promesas, que apuntas en una libreta creyendo que, al igual que de sus páginas, el aire nunca las borrará de vuestros corazones. Pero una vez pasado el tiempo, maduras, comienzas a darle sentido a esas palabras que antes te habían repetido hasta hartarse, comienzas a ver la realidad… esa que nunca esperé que me llegase. Crees conocer a las personas, tanto que sabes cómo actuaran en cada una de las situaciones que se os presenten, y un día te das cuenta de que todo lo que creías saber, tan solo ha sido producto de tu imaginación, que aquello que tú sientes, lo único que ha logrado es ponerte una venda totalmente opaca que no te deja ver más allá de tus sentimientos, que ha idealizado a la persona que tantas veces has defendido por encima de tanta gente, de la que tantas veces hemos pensado que si había alguien perfecto, ese alguien, era nuestro. Errores que prometemos no volver a cometer y que sin embargo llevamos a cabo, amigos que se hartan de repetir infinitas veces, los mejores consejos que pueden ofrecerte, palabras que te pueden llegar a hundir o por lo contrario hacerte entender que lo único que ellos sí desean, es tu felicidad, que cada vez que te ven derramar una de esas lágrimas por aquello que ellos no conciben, es como dar un paso atrás en todo lo dicho y hecho. Y sin embargo… soy incapaz de poner por encima de mi dolor, que no niego, sigue existiendo, esos consejos… Cansada de tener que acudir a la gente para apoyarme en su hombro, de pasarme esas tardes encerrada en mi cuarto, llorando, recordando con cada una de esas canciones lo feliz que fui, cada palabra dicha, cada lugar recorrido… Quisiera odiarte, o simplemente poder verte como lo que eras, mi amigo, pero pasados estos ocho meses, me he dado cuenta de que no me puedo obligar a ello, que no me serviría de nada… Habremos tenido infinitas conversaciones… y aun así recuerdo perfectamente cada palabra dicha en cada momento, cada sensación destacada cuando tan solo me mirabas, ese momento en el que tan solo deseaba que todo a mi alrededor se detuviese, y vivir todo lo que me quedaba a tu lado… pero ahora, ya ni siquiera puedo llamar a esto vivir, porque cada vez que te pienso, se me paraliza el corazón. Para mí todo terminó cuando te fuiste de mi lado, cambios, sonrisas ocultas que ya ni si quiera logro ver yo, la triste mirada de una chica joven que no ve más allá de sus recuerdos, que hoy por hoy siente tener todas las puertas cerradas y ya no sabe que más hacer para que su corazón vuelva a latir… Una única solución, el tiempo, pero nadie asegura que sea eficaz… una vez más, un día más, has sido motivo de estas lágrimas que han logrado la combinación de estas letras haciendo de ellas un texto, escrito solamente por ti y para ti

lunes, 7 de septiembre de 2009

La vieja niña...

Escribía mi nombre en un folio, con mala letra... cuando mi mayor ilusión era que mi abuelo me regalase pinturas para poder colorear el cuaderno de dibujos que me había traído, cuando llegaba a mi casa y me sentaba a ver la tele esperando ansiosa a que viniese mi padre del trabajo, oiría como se cerraba la puerta y correría hacia sus brazos para darle mil besos mientras él me levantaba en el aire y me contaba cómo le había ido el día, cuando tenía miedo de que me echaran una pequeña bronca por no haber aprobado un simple examen de sumas y restas, de sentarme con mi madre en la cocina y mientras ella preparaba esa deliciosa cena yo le contaba cada una de las cosas que por aquel entonces, para mí, eran un mundo... cuando esperaba que llegase el fin de semana para sentarme a ver una película de dibujos animados junto a las dos personas más importantes de mi vida, el jugar en el pasillo con mi hermana remando con nuestra barca, que tan solo era una caja de cartón a la que nosotras le habíamos puesto toda nuestra imaginación... esa tarde de diciembre que me llevaban a ver la cabalgata subida a los hombros de papá para que pudiese ver mejor a los tres reyes magos, la noche anterior al día 6 de enero en la que salía a dejar comida y bebida en el balcón por si acaso alguien venía a dejarnos algún regalo, irme a dormir temprano para estar despierta a las siete de la mañana y abrir los regalos que estaba segura me esperarían bajo el árbol que, con tanta ilusión, habíamos decorado al principio de las vacaciones... ese día en el que vuelves a comenzar junto a los que en un futuro sustituirían a tus padres a la hora de pasar tu tiempo en la calle, el comienzo de ser más independiente a esas personas que te habían estado explicando cada uno de los significados en esta vida, el por qué de los hechos a los que yo no encontraba ningún sentido, los que sin duda han estado ahí apoyándome incluso en los momentos en los que creía que ni me comprenderían. Los primeros gritos, las primeras discusiones, frases que nunca pensaba haber dicho, días de silencio a la hora de comer, no saber qué decir, ni de qué hablar cuando se va en el coche hacia casa de los abuelos, tal silencio que se cubre de la música que cada persona escucha independientemente… Planes por separado, menos tiempo juntos, menos comidas en familia… más egoísmo. No saber ni cómo provocar ese acercamiento que sabes que ya se ha perdido… dolor al ver enfrente de ti a la persona que tantas veces te ha repetido que eras su ojito derecho y no saber que decirle, ni que ni siquiera te salga espontáneo darle el más fuerte de los abrazos a pesar de que por dentro no haya cosa que más desees y necesites. Sentir que nadie te comprende, todo el mundo en tu contra, repitiéndote constantemente que tienen más sabiduría que tu adquirida con el paso de los años, exigencias bajo su techo, ese que antes dabas por sentado que era de todos, más gritos, más discusiones, la distancia se agranda, los sentimientos siguen donde lo estaban en un principio, solo que escondidos tras tantas capas de dolor y rabia causadas en las diversas peleas. Pasado el tiempo, observando que no hay nada que cambie a pesar del tiempo transcurrido… descubro ser la vieja niña de una infancia llena de recuerdos felices, rodeada de las dos personas que ahora solo noto distantes, y que siente temor al no poder cambiar aquello que ella tanto desearía… volver a su infancia

domingo, 6 de septiembre de 2009

¿Porqué no volver atrás?

Una simple foto… sí, puede conseguir que pasen por tu mente mil momentos, palabras… Cada rasgo, cada detalle de la imagen, recrea en tu cabeza una sensación distinta. Crea indiferencia, o el más bonito de los sentimientos haciendo que te plantees el por qué estás detenida ante un trozo de papel, que no va a traerte más que constantes dolores de cabeza, va a conseguir hacerte perder el tiempo, que dudes sobre cada una de las decisiones que tan solo hace cinco minutos habías tomado. Creías ser fuerte y te das cuenta de que incluso eres incapaz de valorarte por encima de aquello que tanto daño te ha causado. La gente a tu alrededor te advierte de las cosas que tú ni siquiera quieres ver, mil discusiones con las personas que si te quieren de verdad, y todo por el hecho de intentar luchar contra lo que tú en el fondo sabes. Pero es cierto, que por mucho que intentes ponerte en la situación de la persona que sufre, nunca podrías llegar a sentir lo mismo que ella… Noches sin poder dormir y es cuando te detienes a pensar que tan solo por haber encontrado una foto entre las páginas de un libro, te pasas esas noches en vela, necesitas a la gente que mas quieres a tu lado, para que te animen aunque sea diciendo lo que tú quieres oír, y después cuando se ha pasado toda la tormenta, cuando llevas más de dos horas llorando por una persona que realmente no te merece, cuando ves un poco de luz al final de tus pensamientos, cuando te calmas, decides no volver a derramar ni una sola lágrima más por esa persona que ni siquiera se ha preocupado por preguntarle a la gente que te rodea sobre tu estado, cuando descubres lo poco que le importabas y te ha demostrado que sólo es capaz de esconderse detrás del mínimo obstáculo que se le presenta, dejándote sola ante uno de los peores momentos en tu vida… y somos tan ingenuas que nos pensamos que si ha hecho eso, es porque tan solo necesita su tiempo, porque quiere un espacio para valorar realmente a la persona que tanto tiempo ha tenido al lado, no solo en los buenos momentos, y que echará de menos cuando apenas haya pasado una semana… y es entonces cuando nos preguntamos ¿porqué no volver atrás?, perdonarle todo lo dicho y hecho, recordamos que al fin y al cabo es a la persona a la que queremos, y que por mucho que nos haya fallado, ha estado a nuestro lado en continuas ocasiones… desperdiciamos entonces cada uno de esos momentos de reflexión, hemos tirado por la borda cualquiera de las lágrimas que hemos derramado encerradas entre cuatro paredes, que nos han visto reír infinitas veces tiradas en la cama, hablando por teléfono hasta las tantas de la madrugada con la persona que tan sólo unos meses después… pasaría a ser la causa de la tristeza en nuestros ojos. Pero lo más cierto en todo esto, es que a pesar de que hayamos sufrido mil veces y hayamos pasado otras tantas veces por la misma situación… seguiremos actuando de la misma forma, negando un hecho que continuará repitiéndose durante toda nuestra vida, y lo peor de todo… es que seguiremos siendo los mismos y no haremos nada por detenerlo

sábado, 5 de septiembre de 2009

Aférrate a tus recuerdos...

Un día, Cualquier hora… es un recuerdo más en nuestras vidas, ya sea insignificante aquello que esté ocurriendo o no, un día recordarás el mínimo de los detalles como si se tratase del más importante para ti. Una prueba es evidente, el tiempo, conversaciones entre amigos que te hacen pensar y recapacitar sobre cómo sería tu vida si estuvieses viviendo uno de esos momentos en los que tengas una felicidad plena, en la que notes que no te falta absolutamente nada, un sueño. Quizás, en ciertos momentos estemos en el punto más alto de nuestra felicidad y no sepamos apreciarlo, siempre hay algo que nos obligue a ver las cosas desde otro punto de vista que no sea el positivo… el defecto de una persona es recordar los momentos felices que puede que ya nunca regresen, que ya sea por tu forma de haber actuado o no, se han desvanecido. Y es entonces cuando nos arrepentimos de haber actuado de dicha forma y pedimos a Dios por que nos ayude a remendar aquello que hemos destrozado, lo que en su día nos hizo mostrar al mundo la más sincera sonrisa y que sin embargo hoy en día… solo causa lágrimas. Te escondes para que nadie pueda ver el dolor que hay en tu corazón y que se muestra en tu mirada día a día… abrazar la almohada fuerte pensando que puedes agarrar con esa intensidad los recuerdos de manera que vuelvas a vivirlos como si nunca fuesen a terminar… pero es entonces cuando te das cuenta de que los recuerdos al fin y al cabo solo son eso… recuerdos, y que el día de mañana, cuando vuelvan a tu mente, reirás, te emocionarás, pero sabes que nunca van a volver a repetirse y que lo que puede que ya no quede de ellos… sean las personas con las que los has vivido. Por ello es tan difícil distanciarse, no solo de los malos recuerdos que te han hecho sufrir, si no de las personas que han estado a tu lado o han sido las causantes de ellos, porque si un día te paras a pensar… si hay un mal recuerdo, es debido a que antes de él, con esa persona has vivido mil momentos felices… que sí, son imposibles de borrar, que te van a acompañar allá a donde vayas, en cada etapa de tu vida y que te van a ayudar a decidir la forma de actuar en tu futuro. Por ello, por no poder olvidar los recuerdos que te han hecho madurar, con los que has aprendido a sentir, a vivir las cosas más importantes, con las personas más importantes a las que vas a llevar siempre dentro, pase lo que pase, aunque solo sea para recordar que un día estuvisteis tomando algo en un bar, solo por esos motivos… aférrate a tus recuerdos, porque son lo único que vas a tener siempre presente, lo único que nunca te abandonará como sí lo pueden hacer las personas que han formado parte de ellos…

El simple abecedario...

Amanecer… empezar a la luz de un nuevo día con nuevos propósitos e ilusiones por cumplir, aunque en tu corazón sientas que tan solo son eso… ilusiones. Bailar… fingiendo que tus sentimientos han sido realmente curados con el tiempo, mientras que tan solo llevas puesta una tirita que con el tiempo, se habrá ido. Correr… pensando que te puedes alejar de los problemas con tan solo acelerar un poco el paso, intentando no mirar atrás para no saber si estarás en lo correcto. Descansar… pensando en todo lo que ha pasado y en todo lo que queda por ocurrir, días ausente para pararse a pensar en los cambios de los últimos días. Entender… descubriendo que es lo que me une tanto a ti, a tu forma de ser, que incluso es parecido a una adicción imposible de dejar a un lado. Fingir… ocultando sentimientos, hartándote de que tu corazón tenga que ponerse un parche que tan solo dura unas horas y que lo único que consigue es agrandar la herida. Gritar… soltando hasta el último suspiro de tus miedos y felicidades para desahogarse, aquello que estás acostumbrado a callar. Hacer… reaccionando en momentos de incertidumbre sin saber ni que decir en cada momento, o en cada lugar con tal de ocultar aquel secreto que tus labios callan sellados. Ilusionar… pensando que hay cosas, palabras e incluso sentimientos que no pueden herir si se dicen en el momento inadecuado. Jurar… acompañando palabras bonitas, que con el tiempo acaban desapareciendo. Llorar… sabiendo que todo gira a tu alrededor, pero que con tan solo una lágrima puedes detenerlo todo. Mirar… observando los cambios que son evidentes a tu alrededor y que tan solo permanecen un segundo a tu lado, luego se desvanecen. Nadar… esquivando ese mar de dudas que te hacen recaer en el pasado más doloroso y que puede lograr incluso que te hundas. Odiar… obligándote a cambiar radicalmente tus sentimientos y propósitos que tanto tiempo han costado de definir y que son imposible olvidar. Pensar… recapacitando sobre lo que está bien y lo que está mal, sin poder dejar todos los problemas y hacerte a un lado de ellos. Querer… sintiendo que aquello que te da la vida, te la quita en un instante. Reír… intentando aparentar que estás perfectamente, mientras que por dentro tan solo deseas desaparecer, alejarte de todo, e incluso olvidar quien eres. Soñar… creando una imagen en tu cabeza en la que recuerdas aquellos momentos felices que vivisteis y que sueñas que algún día regresen. Tontear… empezando con unas simples palabras bonitas, que terminan transformándose en los sentimientos más sinceros de corazón imposibles de borrar. Utilizar… reaccionando por sentimientos que nos han herido y sin pensar que solo sirven para herir a la gente que menos lo merece. Vivir… intentando sobrevivir cada día a los obstáculos que se te presentan, aprendiendo cada día algo nuevo, sintiendo que tienes el mundo a tus pies. Zanjar… dejando apartado todo lo dicho y hecho, resolviendo las pocas dudas que puedan quedar después de plantearte abandonarlo todo.